Para mi madre, yo lo era todo. Para mi padre, absolutamente nada. Para mi abuela, un recordatorio diario de amores perdidos hacía mucho tiempo. Pero yo sabía la verdad; en el fondo, siempre la supe.» Ava, pese a sus dudas, ya comprende ciertas ironías de la vida. Como por ejemplo, que si alguien te dice que no quiere hacerte daño, acabará por hacértelo. También percibe verdades más profundas y misteriosas: a pesar de que la gente no crea en la magia de los sentimientos, el amor siempre busca otra oportunidad. Y si lo dejas escapar, puede que tus descendientes sean víctimas de un antojo del destino. O incluso... de un maleficio. ¿Es ese el origen del extraño don que la acompaña desde que nació? Lo cierto es que, desde su bisabuela hasta su propia madre, todas las mujeres de su familia han tenido vidas complicadas. A través de sus voces y a lo largo de casi un siglo de historia, seguimos una estela de corazones rotos, deseos traicionados y ocasiones fugaces. Ava comparte un sueño con las mujeres que la han precedido: encontrar el amor verdadero. Tal vez ella sea la primera en poder conjurar la fatalidad y huir de las rejas del desamor.
Me paso de graciosa. |
Bien,
Veamos....
Teniendo en cuenta de que se trata de una novela perteneciente al Realismo Mágico, está complicado no separarla de sus tocayas de género. Difícil leer la historia de las mujeres Lavender y la abuela Emilliane, y no pasarse el libro entero acordandose de las familias clásicas de Cien Años de Soledad, La casa de los espíritus y hasta de las hermanas Tita y Rosaura, hijas de la temible Mamá Elena en Como agua para el chocolate. Hay similitudes, claramente......
...no obstante, en mi caso, voy a evitar caer en el simplismo de decir que esto es una copia de las anteriores, puesto que no sería cierto más que en el hecho de que comparten la magia, y el protagonismo de una familia, como dije previamente, bastante peculiar.
No sería verdad, principalmente, porque Ava Lavender brilla con luz propia. Si bien no posee la gracia de la originalidad, tiene sus momentos brillantes y emotivos (*me he emocionado, si, me he emocionado*).
Bah. Tampoco a la pavada. |
Aunque demasiado breve (para mí gusto), la trama fluye entre realidades irreales típicas de su género; entre los dones particulares de cada individuo de la familia; se da largos y cortos viajes por entre medio de amores prohibidos y no correspondidos; salta de un corazón roto a otro, y se estaciona para hacer énfasis en el claro matriarcado de tres generaciones, las -a veces ausentes pero siempre presentes- relaciones entre madres e hijas, y la metáfora un poco obvia pero siempre gratamente bienvenida en torno a Ava [la chica-pájaro, que quiere volar pero no puede.]
Muy bueno. No me enamoró como sí lo hicieron las familias Buendía y Trueba, pero sí me fascinó y me tuvo en vilo las 200 páginas que duró.
Me cuesta creer que sea un YA...así de bueno es!
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